Fascitis Plantar, un enemigo común
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Fascitis Plantar, un enemigo común

Conoce que es la fascitis plantar, como prevenirla y tratarla.

¿Qué es la Fascitis Plantar?

La fascia plantar es el tejido elástico grueso en la planta del pie, de forma triangular. Este tejido conecta el calcáneo hasta la zona metatarsal (debajo del apoyo de los dedos).Cuando este tejido se inflama o se hincha, se denomina Fascitis Plantar.

Debido a su disposición anatómica, la fascia plantar tiene una gran función biomecánica, ya sea estática o dinámica, como ser al caminar y correr: es la responsable, junto con otras estructuras del pie, de mantener el arco plantar, de absorber y devolver la energía que se produce cuando el pie impacta contra el suelo.
Imagen de la fascia plantar

Causas

La fascitis plantar ocurre cuando la banda gruesa de tejido en la planta del pie se inflama o se sobrecarga demasiado. Esto puede ser doloroso y hacer más difícil el hecho de caminar.

Hasta hace poco se pensaba que la fascitis plantar se encontraba asociada únicamente a la presencia de un espolón en el talón, y aunque es cierto que esta es una de las causas de la fascitis plantar, no es la única. En las radiografías se observan espolones en el talón en personas con y sin fascitis plantar.

El espolón es una protuberancia ósea formada en un lado de la curvatura ascendente del hueso del talón o del hueso calcáneo. La presencia de esta estructura causa la inflamación de los tejidos adyacentes, entre ellos la fascia, y al igual que la fascitis plantar produce dolor y dificulta el desplazamiento.

¿Quién puede padecer fascitis plantar?

Las personas son más propensas a presentar fascitis plantar si:
Tipos de pisadas Centro Ortopedico pelaez

  • Tienen pie cavo: pie con mucha bóveda plantar (mucho puente o arco interno). Suele ser un pie rígido, de manera que la fascia plantar tiene que asumir más carga a cada paso para absorber la energía del impacto contra el suelo.
  • Tienen pie plano: pie con la bóveda plantar aplanada, suele ser un pie demasiado flexible, por lo que la fascia plantar tiene que trabajar en exceso para evitar el hundimiento del arco interno del pie.
  • Presentan una sobrepronación del talón: la sobrepronación de la articulación substragalina produce una desviación del calcáneo lo que genera un alargamiento de la fascia plantar.
  • Corren largas distancias, cuesta abajo o sobre superficies desiguales.
  • Sufren de obesidad o su peso aumenta de manera repentina: cuanto más peso corporal, mayor es el impacto que debe absorberse, más trabajo para todo el aparato locomotor, incluyendo la fascia plantar.
  • Usan calzado inadecuado: el calzado que no proporciona a los pies el apoyo, contención y amortiguación que necesitan, aumentan el riesgo de desarrollar fascitis plantar. Evitar los calzados con suelas finas o un sostén inadecuado del talón y de los arcos plantares.

La fascitis plantar se observa tanto en mujeres como en hombres, sin embargo, casi siempre afecta a los hombres activos entre los 40 y 70 años, ya que se relaciona con la perdida de elasticidad de los tejidos que aumenta con la edad.

Algunos estudios afirman que alrededor del 10% de la población puede llegar a padecerla en algún momento de su vida.

Fascitis Plantar en Mujeres

Existe una relación directa entre la fascitis plantar y el acortamiento de la musculatura posterior de la pierna. Cuanto mayor acortamiento, más posibilidades de generar una fascitis plantar.
Una de las causas que más acortamiento de la cadena posterior produce en una mujer es el uso continuo de zapatos de taco alto. También el uso de este tipo de calzado produce una extensión en los dedos, produciendo así una doble solicitación a la fascia plantar.

Por eso es muy importante alternar el calzado de taco alto con zapatos o zapatillas planos, para evitar que la musculatura de la pierna se “acostumbre” a la altura del taco y se acorte.

Síntomas

El síntoma principal es un dolor agudo y rigidez en la zona interna del talón, que es la zona de inserción de la fascia plantar.
El dolor puede aparecer de manera lenta con el tiempo o aparecer repentinamente después de una actividad intensa.

El dolor suele intensificarse:

  • Los primeros pasos al levantarnos ya que la fascia durante el reposo nocturno se hace “más corta”, por ende al dar los primeros pasos tracciona con más fuerza.
    Una vez que hemos caminado, la fascia se estira y el dolor suele disminuir, pero no desaparecer.
  • Después de pasar mucho tiempo de pie y/o al levantarse después de estar cierto tiempo sentado.
  • Al subir escaleras.
  • Después de hacer una actividad intensa
  • Al estirar (flexionar) el pie.
  • Al doblar los dedos hacia arriba.

Es muy importante estar atentos a los primeros síntomas, ya que se deben tomar medidas de inmediato para evitar que la fascitis plantar se vaya agudizando y llegue al punto de ser limitante para las actividades diarias y deportivas.
Cuando la lesión se vuelve crónica, cualquier roce de la zapatilla o el calzado, incluso andando deprisa, causa dolor.

Tratamientos

Ningún tratamiento es po si solo efectivo ni reemplaza a los demás. Es importante la consulta a un profesional de la salud capacitado para diagnóstico y tratamiento.

1. Ortesico

  • Lo recomendable es realizar un exámen físico, el estudio biomecánico de la marcha, para valorar si la causa de la fascitis plantar esta relacionada con la pisada del paciente. En caso positivo, es necesario diseñar y fabricar una ortesis plantar a medida que disminuya la tensión de la fascia, relaje la cadena muscular y disminuya la zona de impacto del pie.
  • Taloneras de descarga (viscoelásticas) para evitar el impacto mecánico sobre la zona inflamada.
  • Vendajes Funcionales.
  • Férulas nocturnas.

2. Kinesiología – Fisioterapia

Existen numerosas técnicas de fisioterapia que pueden contribuir a la curación del proceso: trabajo de campo, masaje de descarga y estiramientos, crioterapia, ultrasonido, masaje transverso profundo, láser, etc.

3. Revisión del equipamiento

Utilizar calzado adecuado para el tipo de pisada del deportista, flexible en el antepie y bien amortiguado y evitando el desgaste excesivo del mismo.

4. Quirúrgico

En los casos más graves, puede ser necesario recurrir a la cirugía. Este procedimiento se requiere en muy pocas ocasiones, y consiste simplemente en desprender la fascia del talón.

5. Modificación de la actividad

Evitar la sobrecarga del talón

6. Control del peso corporal

En muchas ocasiones la diferencia entre una lesión dolorosa y un proceso asintomático es cuestión de un ajuste del peso corporal.

7. Infiltración

8. Ejercicios para realizar en casa

Alguno de los siguientes ejercicios ayudan a reducir el dolor de la zona, pero antes de realizarlos es fundamental tener un buen diagnóstico, para saber si los mismos son adecuados y a cuando deben realizarse.

  1. Estiramiento en tabla inclinada: se apoya uno de los pies en una tabla inclinada (o, en su defecto, en una escalera), con ambos pies situados en el mismo escalón y, con la rodilla contraria al pie que está realizando el ejercicio ligeramente flexionada, se presiona con el talón hacia abajo. Se mantiene durante aproximadamente un minuto, y se repite el ejercicio unas cinco veces.
  2. Peso sobre una sola pierna: asegurándose un punto de apoyo estable, se levanta progresivamente la parte trasera del pie hasta dejar todo el peso del cuerpo sostenido en los dedos. La bajada se realizará lentamente, asegurándonos de no sobrecargar el empeine. Este ejercicio puede repetirse unas diez veces.
  3. Estiramiento de la pantorrilla: frente a una pared, apoyamos las manos y mantenemos una pierna delante y otra detrás. La pierna delantera debe quedar ligeramente flexionada, mientras que la trasera debe estar estirada y con la mayor parte de la planta del pie en contacto con el suelo. En esta posición se echa el cuerpo hacia delante hasta notar tirantez en la pantorrilla; en ese punto se mantiene la posición unos diez segundos, se relaja, y se repite la misma operación diez veces.
  4. Estiramiento con toalla: sentado en el suelo con las piernas estiradas, el tronco erguido y los pies rectos (con los dedos hacia el techo), pasamos una toalla doblada (a modo de cinta) por detrás, a una altura justo por debajo de los dedos. En esta posición y tomando los extremos de la toalla con las manos, debe tirar de ella hacia usted. Se mantiene la posición entre 10 y 30 segundos, se relaja, y se repite el proceso diez veces.
  5. Poner hielo en la zona afectada: dos veces al día durante 10 a 15 minutos. Utilizando una botella de plástico con agua congelada pisándola, para conseguir un masaje sobre la zona con frio.
  6. Masajes: utilización de una pelota de tenis como elemento externo para realizar un masaje profundo sobre la zona plantar.
  7. Estiraminetos alternativos de la fascia plantar: la paciente se arrodilla con los los pies apoyados en punta, se hace bajar con suavidad hasta hacer contacto con los talones o sentir una tensión suave sobre la fascia mantener 30 segundos y repetirlo 5 veces. No saltar ni bajar ni subir violentamente.

Ejercicios caseros para tratar la fascitis plantar